Estoy de vuelta de unas vacaciones en Galicia, donde el vino no falta nunca.
No suelo beber mucho vino blanco, pero cuando viajo me gusta tomar productos locales. En el caso de Galicia, eso significa el Albariño y el Ribeira. He probado muchos, y vuelto a Madrid con dos botellas de vino que me dicen que son buenísimos: uno se llama Nora y el otro Davide. Los dos tienen denominación de origen Rias Baixas y costaron alrededor de 11 euros. Escribiré mis impresiones cuando llegue el momento de beberlos.
El pulpo también ha sido espectacular. En Vigo recomiendo encontrar uno de los restaurantes al viejo estilo (o sea, sin ningún ambiente y con una vieja pulpeira usando una cocina de los años 50) en el barrio del Calvario. Hay uno bueno en la Rúa de León. Fuera de la zona más turística se come más y mejor que en el puerto.
Pero lo que más me gustó era el vino de la casa que se sirve un muchos locales: vino auténtico del pueblo en una botella sin etiqueta. La botella no cuesta casi nada en muchos restaurantes, y el vino, aunque sin matices de un vino más elaborado, siempre ha sido bueno.
Lo malo: los vinos tintos de Mencía. Acabé tomando Rioja en muchos sitios simplemente porque el tinto de Mencía no tenía ninguna gracia. Probé uno bueno, eso sí, que se llama Cazoga, en una vinoteca en el Paseo de Alfonso XII.
P.S. Update, 2023: Why did I write this in Spanish? Who knows… anyway, check out my article about Spanish wine vocabulary for much more.
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